En una ciudad con catorce millones de habitantes, donde parece que un caos organizado permite funcionar un complejo sistema socio-cultural, el tiempo pasa despacio. La comunidad sikh representa un 2% de la población de Delhi, pero su participación en el sistema social es muy importante. A 34º de temperatura, un anciano sikh mira pasar el tiempo lentamente, mientras dos de cada cinco habitantes sufren enfermedades relacionadas con la polución ambiental.
