SPYTOUR 01. Chandigarh 03. 50 x 50 cm. N30º73’,E76º88’

Tener una hija en la India es para muchos una desgracia económica. El matrimonio, casi siempre concertado, es uno de los acontecimientos que estructuran la vida de una persona en aquella cultura. Tanto la hija como la dote ahorrada con esfuerzo, abandonan el hogar familiar para pasar a formar parte de otro núcleo de convivencia, muchas veces perdiendo todo contacto con la familia original. En ocasiones, las niñas pasan a manos más perversas.

Según un informe de 1994 en Asian Age, hay por lo menos setenta mil mujeres usadas como trabajadoras sexuales en Delhi, Madras, Calcutta, Bangalore y Hyderabad. Un 30% de ellas menores de veinte años de edad, un 40% entre veinte y treinta años, y aproximadamente un 15% se hacen prostitutas antes de los doce años de edad.

Muchas infancias se desvanecen ante la acción de los pederastas y los turistas sexuales. La pregnancia de la mirada y la sonrisa de esas niñas, invitan a esos “consumidores de infancias” a usarlas como mercancía de ocio degradante, siguiendo sus instintos más escabrosos para continuar con el sistema de explotación.